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Ciencia ficción inteligente y sugerente

 

 

            «La novela de Cristián Londoño Proaño es una propuesta de fácil lectura; llevadera, amena, con lenguaje versátil», así comentó el crítico boliviano Iván Rodrigo en la presentación público de la novela «Underbreak».

            El evento se realizó en la librería del Fondo de Cultura Económica en la ciudad de Quito. Fue una velada con un buen número asistentes que disfrutaron de las exposiciones del crítico boliviano, la música del cantautor ecuatoriano Luis Quiroz y la lectura de la obra.

            En la velada, tanto el escritor como el crítico hablaron de la ciencia ficción y de la extrapolación, especialmente en la temática de la novela.  El escritor ecuatoriano contó que la historia nació cuando reflexionó sobre las estructuras de poder de las sociedades, las mismas que adquieren mayor control de los ciudadanos.  En su necesidad de advertir ciertos cambios en el futuro, conjeturó que los poderes mundiales -sociedades de control- desearían controlar a los humanos en sus vericuetos profundos. Imaginó una máquina que tuviera la capacidad de  extraer todo lo que conformara la memoria del ser humano y la manipulara para volverla a insertar en el cerebro. A esta nueva tecnología de control la llamó: «Underbreak». Así nació su novela.

 

            A su vez, Iván Rodrigo acotó que: «Inicialmente habría que decir, respecto a la ciencia ficción de Londoño Proaño, que esta es sugerente e inteligente. Sugerente porque describe una atmósfera de control permanente, dentro de un modelo de Estado corporativo –que ya no tiene nada que ver con los Estados democráticos presentes– donde se ejerce la justicia bajo un régimen de soberanía empresarial; mediante esta un súper policía, que obedece a un sistema de justicia mundial, elimina a los indeseables de cualquier condición con la sola acusación de algún crimen. Dentro de esta sociedad, donde aparentemente se vive en libertad, la sumisión es ya sobreentendida y naturalizada porque cada individuo tiene incorporado un chip por el que el Estado corporativo controla como si aquel fuera una ficha más dentro de un programa funcional productivo y de respeto al orden. Incluso una religión tecnocrática prevalece, misma que ejerce el control de las conciencias y de los actos. Londoño Proaño pinta una sociedad cosmo-capitalista extrema, una gran urbe donde la comodidad, proporcionada por sirvientes androides, además de diversas máquinas y tecnologías, hace que el ser humano esté perdido en su propio quehacer cotidiano. Tal mundo posible recuerda a los rumbos del ciberpunk».

 

Al final de la vela, el escritor ecuatoriano distribuyó su novela en forma gratuita a los asistentes y les invitó a que escriban su comentario en las redes sociales del autor digital.

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