Ciencia ficción y gramática
Hace mucho años, Isaac Asimov, uno de los escritores de ciencia ficción y divulgación científica más reputados y exitosos escribió varios artículos sobre el arte de escribir historias de ciencia ficción. Quizás algunos consejos son buenos, útiles y efectivos. Y otros consejos marcan un cierto pesimismo de Asimov. Uno de los consejos que entrega es sobre el lenguaje.
En muchas ocasiones he leído y he escuchado que algunos escritores consideran que los escritores de ciencia ficción no deben tomar en cuenta el lenguaje. El “cómo se escribe”. Es cierto, que la ciencia ficción es un campo que admite muchos cambios y no tiene un límite claro. Pero, la manera más certera de comunicarnos es el lenguaje. Y un lenguaje que esté bien estructurado -los puntos mínimos- posibilita una mejor comunicación. Hablamos de lo elemental, no de lo que puede rozar con el estilo del escritor. En definitiva, considerar que si se escribe ciencia ficción no interesa el lenguaje, es una mentira de grueso calibre. Una cosa es mantener una correcta y mínima estructura del lenguaje y otra, muy distinta, justificar el descuido del escritor.
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Precisamente, en los consejos que entrega Asimov menciona que se debe dar atención a la gramática y a la ortografía. Considera que un escritor tiene que saberlo obligatoriamente. Asimov dice: “La herramienta básica para cualquier escritor es su lenguaje, lo que significa que usted debe desarrollar una buen vocabulario y refrescar sus conocimientos de cosas tan prosaicas como la ortografía y la gramática”. Es decir, todo escritor debe manejar el lenguaje. Todo escritor realiza una concatenación de ideas mediante el uso de las palabras para estructurar un buen párrafo. El uso del lenguaje marca el ritmo narrativo del escritor. Aunque el escritor desee escribir una obra experimental, debe tener un conocimiento profundo del uso del lenguaje.
Por un lado, la gramática contribuye a que la narración se mantenga fluida y no se atropelle. Un párrafo bien escrito hará que el lector se enganche. Un párrafo en que los verbos tengan una congruencia entre los tiempos verbales comunicará la historia. Por ejemplo, si un escritor coloca: “Nick subió a la cúspide del edificio marciano y se arroja rápidamente”. Nótese que hay una inconsistencia en el uso de los tiempos de los verbos “subir” y “arrojar”. El primer verbo ( subir) está en pasado y el segundo ( arrojar ) está en presente. Lo correcto debe ser, cualquier de esta dos opciones: “Nick subió a la cúspide del edificio marciano y se arrojó” o “Nick sube a la cúspide del edificio marciano y se arroja”. El concepto que hay en este ejemplo, Vargas Llosa lo llama “tiempo de la narración”. Este tipo de cuestiones y otras, debe conocer el escritor. Afanarse en aprenderlas. Quizás puede seguir un curso o un seminario de gramática. Pero la verdadera “cantera” de lo gramatical está en la lectura de la literatura clásica. Los autores clásicos tienen la virtud de manejar muy bien la gramática y enriquecernos en el vocabulario. Igual que los autores contemporáneos como José Luis Borges o Julio Cortázar y también las traducciones de las obras de Asimov, Heinlein y Bradbury, que puedan dar varias luces del uso de la gramática.
Por otro lado, mantener un correcto uso de la ortografía en los textos es esencial. Aunque sea un escritor independiente o un escritor publicado por editoriales tiene la misma validez. Precisamente, este tipo cuestiones pueden mermar el prestigio de la obra. Es cierto, que en los tiempos contemporáneos de redes sociales, la ortografía se estropea día a día. Es “normal” en las redes sociales no tildar algunas palabras. Cuando se escribe una novela o un relato esto es inútil. A menos, que el escritor tenga una clara intención de desarrollar este lenguaje con una intención determinada. Caso contrario, el lector lo considerará un grueso error. Por ejemplo, un escritor escribe un relato ubicado en el año 2500 y su personaje X encuentra un archivo antiguo con un mensaje de whatsapp de inicios del siglo XXI, que dice: “comenzo la pelicula de accion”. Este uso del lenguaje tiene una finalidad: el escritor quiso dar realismo y verosimilitud a su relato.
Tómese en cuenta que, la mayoría de lectores quieren una historia que se escriba bien y que no tenga errores ortográficos. Una historia que el lector no tenga que intervenir en corregir el texto. Un texto escrito con las esenciales reglas de la gramática y la ortografía comunica al lector lo que la historia nos entrega. Se deja leer. Ahora, si bien es cierto, la gramática y la ortografía son importantes para la escritura de historias, no sólo es lo único. No hay que olvidar que el escritor debe manejar los diálogos, la estructura dramática y otras manejos lingüísticos. Adicionalmente, si quiere escribir una historia de ciencia ficción, se debe manejar -mínimamente- algunos aspectos científicos.
Foto: Imagen de David Schwarzenberg en Pixabay
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