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Foto del escritorCristián Londoño Proaño

Tal vez los dioses si existen



(Colabaración para el blog de Ciencia Ficción Amazing stories)

¿Hay vida en otros planetas? ¿Existen los multiversos?… Esta serie de preguntas vinieron a mi mente, luego de que terminé de leer la novela corta «Tal vez solo seamos los dioses de las hormigas» del escritor chileno Jorge Alberto Collao.

Jorge Alberto Collao es un escritor y poeta chileno, nacido en La Serena, que ganó algunos premios en su país. En esta ocasión nos trae una obra de ciencia ficción. En esta novela editado y publicada por la editorial chilena Puerto de Escape, se plantean algunos retos para el lector. La historia cuenta sobre el proceso de descubrimiento y formación de las especies en otros planetas. El lector asiste en primera fila al inicio de la exploración de seres extraterrestres a otros mundos. En este recorrido, los seres intentan explicarse la vida o digámoslo, lo que ellos conceptúan como vida. Estos seres tienen conciencia de sus propias capacidades y de su propio destino. Un destino de ser viajeros del universo, pero ahí entra el juego. Un universo que parece más un multiverso. Es decir, un universo paralelo donde el tiempo no es una magnitud de medida. Collao plantea la inexistencia del tiempo en ese otro universo. El autor escribe en un párrafo: «parecía ser un complejo universo subjetivo de indefiniciones pero que al mismo tiempo, constituían la fuente más profunda de la conciencia de aquellos seres».


Como dije anteriormente, Collao pone la ambigüedad de que todo se desenvuelva en Otro Universo. Pienso en la hipótesis científica de los multiversos, de la posibilidad de que existan varios universos colocados como esferas, uno a lado de los otros. Como lo señalé en uno de mis artículos llamado «Universos paralelos»: «Muchas teorías modernas predicen que nuestro universo está en una burbuja. Y los otros multiversos están en otras burbujas que guardan otros universos. No necesariamente estos universos deben ser regidos por las leyes de la física básica de causa y efecto». Precisamente, Collao plantea su historia en una de estas burbujas. Parafraseando, en el ejercicio físico del gato de Schrödinger, donde no sabemos que pasó con el gato, si vivió o murió, Collao se atreve a imaginar lo que pasó con el gato de Schrödinger.

En una suerte de gimnasia mental, la obra de Collao plantea que los seres galácticos no se rigen por nuestras leyes y a su vez, cuando descubren a otros seres galácticos estos tienen otras leyes. Este manejo me hizo acordar de un cuento de José Luis Borges, que se llama: «Un Sueño». En una de las líneas dice: «En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular…». Es decir, Collao al igual que Borges ponen la idea de lo circular del tiempo infinito. Quizás, esta apuesta a la metáfora se la deba a su propio recorrido como poeta.


Desde mi perspectiva, Collao trata de equilibrar narración de ciencia ficción y fantasía. Es una lucha que se mantiene a lo largo de la narración. Por un lado, la ciencia ficción nos encierra en suposiciones científico-filosóficas. Y por otro, la narración admite el derecho a fabular. Pero en este sentido, la ciencia ficción sale airosa, porque nos sumerge en lo abstracto de la física contemporánea. Que si sus ideas son acertadas o no, no es la finalidad de una obra literaria, sino la de dejarlas enunciadas. Por algo, la ciencia ficción es la literatura de las ideas.

En la novela del escritor chileno se extraña al personaje humano. El único humano, y parece ser, es el narrador de la novela. Durante la narración, los seres galácticos son únicos y propios. Experimenta en el hecho de alejarse de una regla de la ciencia ficción Campelliana, donde tenía que existir humanos en los relatos de ciencia ficción. Se la juega en el hecho de proponer al lector una empatía con seres extraterrestres. Si logra su cometido, lo debe decir cada lector.


Otro hecho relevante en la novela, es el hecho del lenguaje. La propia palabra parece insuficiente. El lenguaje queda corto para describir lo que pasan estos seres galácticos. En uno de sus párrafos menciona: «Que se puede aprender que al final cuando se sistematiza, cuando se transforma en códigos, lenguaje, idioma cifrado, resulta ser finalmente incomprensible».

La novela del escritor chileno Collao es una narración depurada, arriesgada, compleja, cuidada, de ritmo lento, donde se pone en evidencia la naturaleza exploratoria de la ciencia ficción. Debo agregar, que esta novela tiene la influencia de Stanislaw Lem. Es una novela valiosa, que merece ser leída, por la capacidad de conectarnos con otros mundos. ¿O quizás, sería lógico, decir, otros multiversos?

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